Cuando hablamos de vibradores, lo primero que se nos viene a la mente es un dispositivo de forma fálica pensado para el placer de la mujer. Doble error. Porque esos mismos juguetes pueden darle placer al hombre (homosexual o heterosexual), pero también tenemos diferentes opciones desarrolladas especialmente para estimular el pene.

Atrás quedaron esas feas vaginas de plástico que se vendían algunas décadas atrás –aunque todavía se pueden encontrar en los sex shops menos elegantes-. Hoy tenemos huevitos o cilindros bien mullidos y de textura agradable, que combinados con un lubricante para dar calor te proveen de unas sensaciones similares a la más exquisita penetración vaginal.

Pero la máxima expresión en estimulación genital masculina es, desde mi punto de vista, el Cobra, un juguete de la marca “premium” Fun Factory. Es, literalmente, un vibrador para el pene.

La primera vez que nos vimos a los ojos, un par de años atrás, fue amor a primera vista. Así que ya tengo el mío acompañándome en algunas frías noches solitarias, así como en cálidas tardes compartidas.

En una primera impresión el Cobra parece un carrito de juguete. Eso sí, de alta gama. No menos que un Audi. Pero al final es algo mucho más entretenido. La dinámica es más o menos la siguiente. Introduces el pene erecto por la abertura, lo metes hasta el tope, y enciendes el botón rojo. Con los otros dos botones aumentas o disminuyes la velocidad, y también cambias los diferentes programas de vibración. Tú puedes simplemente colocártelo, elegir la velocidad deseada, y luego te recuestas y dejas que Cobra haga el resto. La sutil vibración sobre el glande, la corona, el frenillo, te va a llevar por los senderos del éxtasis.

Algunos complementos sugeridos van a hacer de esta experiencia algo mucho más interesante aún:

  • Coloca lubricante en el glande del pene. Los de calor o los de frío están muy bien.
  • Utiliza estímulo visual. Películas, fotos, o lo que desees.
  • Incorpora a tu pareja a este excitante juego, para que ella o él hagan parte de los estímulos o situaciones que se les ocurran.
  • Tómate un vino o fúmate un puro. De vez en cuando esto no le hace mal a nadie. Y al final, brinda con tu nuevo amigo, que te dará innumerables sesiones de placer asistido.

¡Disfruta!