El Kama Sutra es uno de los textos eróticos más interesantes y enriquecedores que pueda leer una persona interesada en cultivar su sexualidad. Cada vez que pensamos en esta obra literaria, se nos representa un sinnúmero de posturas sexuales, muy variadas y extravagantes por demás. Sin embargo, este libro milenario tiene muchas más enseñanzas no solo sexuales, sino filosóficas y espirituales.

 

 

Vamos primero a ponernos en contexto. El sabio Vatsyayana es quién recoge los conocimientos del Kama Shastra (ciencia del amor) de esa época -siglo III después de Cristo- en la India, y los plasma en el Kama Sutra que significa algo así como Aforismos sobre el amor. En esos tiempos se consideraba que la felicidad se lograba a partir del equilibrio entre tres necesidades: el Dharma, relacionado con lo espiritual y religioso, el Artha que es la satisfacción a partir de los bienes materiales, y finalmente el Kama, algo así como el disfrute de los placeres, especialmente sexuales. Interesante pensar en la armonía de esos aspectos para nuestra vida de hoy, ya que solemos descuidar uno u otro.

Afortunadamente, cada vez nos convencemos más de que la sexualidad es un aspecto esencial para la felicidad individual y en pareja, por lo tanto el desarrollo de habilidades eróticas es un objetivo a proponernos para ser cada vez mejores amantes. En ese sentido, algunos capítulos del Kama Sutra nos pueden dar mucha luz para incentivar la motivación y la creatividad sexual: abrazos y caricias, el beso, marcas y arañazos hechos con los dedos, el mordisco amoroso, posturas y actitudes durante la unión sexual, golpes suaves y sonidos durante el sexo, mujeres que toman el rol de hombre, y la unión sexual oral. Como ves, hay mucho más que la unión de los genitales, pero si te interesa jugar con posturas creativas y excitantes el Kama Sutra te provee de ideas divertidas acerca de cómo ubicar los cuerpos, la posición de las piernas, tipos de movimientos y profundidad de la penetración.

Abrir el Kama Sutra al azar puede ser todo un juego erótico en sí mismo. Te puedes encontrar con la “posición de la yegua” en la que la mujer “contrae los músculos de su vagina y mantiene al pene prisionero en su interior”, o con consejos para dejar marcas del amor como la “zarpa de tigre” o la “hoja de loto azul”. Quizás leas las bondades del “beso giratorio”, que es aquél en el que se besa en la boca “moviendo suavemente la cabeza de un lado hacia otro” o la “caricia de los dos senos”, cuando un hombre “frota su pecho contra los suaves senos de su pareja”.

El Kama Sutra también hace referencia a diferentes problemas, sobre todo de incompatibilidad sexual así como de incompatibilidad genital, y da consejos prácticos para resolverlos. Y aunque no lo creas hace referencia a los accesorios o juguetes sexuales, que llevaban por aquellos tiempos el nombre de “apadravyas”. Como si lo anterior fuera poco, contiene una larga lista de afrodisíacos y preparaciones para estimular el deseo sexual y el crecimiento del pene o “lingam”, así como para contraer la vagina o “yoni”. Sinceramente no creo en la efectividad de estos métodos, pero es interesante leer cómo en una época tan lejana a falta de Viagra tenían sus recursos para intentar mejorar su desempeño sexual.

No voy a especificar ahora las innumerables técnicas de cada uno de los capítulos de este maravilloso libro –apenas tuviste una pequeña muestra-, ya que lo que espero es que lo leas así sacas tus propias conclusiones. En mis conferencias siempre pregunto quién ha leído el Kama Sutra, y promuevo su consulta permanente. Desde mi experiencia como especialista, toda persona inquieta sexualmente hablando debería leerlo. ¡Anímate!

Ezequiel López Peralta

Psicólog – Sexólogo Clínico