Más allá de que tenemos la creencia de que en el hombre promedio el piloto sexual se enciende en primera instancia por medio del sentido de la vista, y en las mujeres a partir del estímulo auditivo y olfativo, sabemos que el tacto es un sentido muy destacado y -por cierto- bastante desaprovechado.

Las caricias en diferentes partes del cuerpo producen en hombres y mujeres sensaciones muy especiales. Por supuesto que las zonas erógenas son muy específicas a las preferencias de cada persona, tanto en lo referente a su distribución, tipo de estímulo y secuencia de estimulación.

Si bien sabemos que en el hombre existe una tendencia a genitalizar el placer, no debemos quedarnos con esa idea y es interesante que exploremos mucho más allá. Seguramente nos vamos a sorprender. Con respecto a las mujeres, es poco habitual que ellas prefieran una estimulación genital directa, sin prólogos. Disfrutan del estímulo en otras zonas, algunas veces amplias y otras veces muy puntuales, ubicadas en diferentes sectores de su geografía erótica como la espalda, el cuello, las orejas, los labios, el abdomen, las caras internas de las piernas, por mencionar solamente algunas. Pero más allá de la sensación física, cada caricia tiene un significado: refleja el afecto, la comprensión, la atención, la importancia y el deseo que recibes de su pareja.

Por otra parte, en cada caricia y con el tiempo de conocimiento mutuo se va reforzando el apego y el cariño de la relación, y esto se explica en parte desde la biología que destaca la liberación de oxitocina y vasopresina, también denominadas hormonas del cariño, durante las diferentes formas del tacto.

Para acariciar puedes utilizar las manos, pero también cualquier otra parte del cuerpo como el cabello, los senos, los pies. Algunos accesorios van a serte de utilidad para potenciar el placer de la piel: aceites para masajes, pieles, cepillos suaves, pinceles, sedas, masajeadores, plumas.

Resumiendo, y siendo coherente con mis propuestas y reflexiones acerca del erotismo, es importante que aproveches este sentido tan rico en sensaciones utilizando la creatividad y la curiosidad para una exploración mutua. Por medio de las caricias das y recibes placer, exploras diferentes rincones del cuerpo, intercambias mensajes, brindas afecto y consolidas tu vínculo.

Finalizo este blog con unos consejos para enriquecer el tacto erótico:

Prepara el ambiente para un momento tan especial: la temperatura adecuada considerando que los cuerpos estarán desnudos; alguna esencia aromática para incorporar el sentido del olfato; unas sábanas suaves que sean agradables al tacto; música romántica, relajante o sensual según los gustos.

Acaríciense por turnos y no de manera simultánea, lo que permite que cada parte se concentre mejor en su rol (dar o recibir).

Las caricias no deben ser monótonas. Por lo tanto es interesante variar las zonas que acaricias, el orden en el cual avanzas, las formas de acariciar e incorporar si los dos están de acuerdo algunos accesorios que provocan mayores sensaciones.

-En relación a las formas, utiliza tus dedos como si fueran plumas para rozar sutilmente la piel. Acaricia con la punta de los dedos, la palma de las manos, las uñas… varía el ritmo y la intensidad de los roces de acuerdo a las expresiones de tu pareja, o quizás siguiendo el ritmo de la música.

-Incorpora aceites para masajes, sobre todo los de sándalo, pachulí, ylang  ylang, jazmín y azahar que siempre sumarán niveles de placer. No olvides las plumas, sedas, pétalos de flores, masajeadores y todo aquello que consideres apropiado.

Verás cómo se abre un mundo de sensaciones en tus dos metros cuadrados de piel. Que disfrutes, ¡y me cuentas cómo te fue!

¡Hasta la próxima!

Ezequiel.